Al menos una persona ha muerto después de que se hayan producido dos explosiones en la Explanada de los Tres Poderes, corazón político de Brasil, en los alrededores de la Corte Suprema de Justicia en Brasilia, según fuentes policiales citadas por medios brasileños. La policía, que ha calificado el incidente de ataque suicida, ha conseguido identificar a la única víctima que, a su vez, es el dueño del automóvil que también ha explotado en las inmediaciones del máximo tribunal brasileño: Francisco Wanderley Luiz, un miembro del Partido Liberal, la formación que lidera el expresidente Jair Bolsonaro.
Los hechos ocurrieron cuando terminaba una sesión plenaria en el tribunal y hasta el momento se desconocen las razones de lo ocurrido. En un comunicado, el Tribunal Supremo señaló que “se escucharon dos fuertes estruendos al final de la sesión y los magistrados fueron retirados del edificio de forma segura”. Según la nota, también fueron desalojados los funcionarios y colaboradores como medida de precaución.
De acuerdo el portavoz de la policía, las explosiones de los dos artefactos en Brasilia eran parte de un ataque suicida. El autor del ataque se quitó la vida al accionar un explosivo, aparentemente de fabricación casera, al lado de una estatua frente a la máxima corte de Brasil. Después de esa detonación, se produjo una segunda explosión en un coche que estaba aparcado cerca, al lado de un edificio anexo a la Cámara de los Diputados. Según las primeras pesquisas, se puede afirmar que las explosiones están vinculadas.
Según un testigo de los hechos citados por medios locales, un hombre arrojó una artefacto explosivo contra la estatua ubicada frente a la sede de la Corte Suprema y que representa a la Justicia. Pocos segundos después se registró otra explosión en un coche que estaba aparcado en un estacionamiento cercano a la Cámara de Diputados.
En el maletero del automóvil, según comprobó un periodista de EFE, había restos de explosivos y ladrillos. El cadáver del fallecido, todavía no identificado, permanecía en el suelo frente al Tribunal Supremo, parcialmente mutilado por la explosión.
La sede del Supremo fue una de las edificaciones asaltadas, junto con el palacio de Planalto y la sede del Congreso, por miles de bolsonaristas el 8 de enero de 2023 en un ataque que la Justicia trata como un intento de golpe de Estado contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El Supremo es uno de los principales blancos de los ataques tanto del expresidente Jair Bolsonaro como de sus seguidores.