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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha designado a John Ratcliffe como el nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense, tal y como ha anunciado el magnate en su red social, Truth Social, este martes. Ratcliffe, un hombre de confianza del mandatario republicano, vuelve a la Administración Trump tras cuatro años, donde ocupó el cargo de director de Inteligencia Nacional (DNI) en el primer mandato, aunque ahora lo hace en un contexto internacional complejo y muy diferente al de 2020.
“John Ratcliffe siempre ha sido un guerrero de la verdad y de la honestidad con el público americano”, ha dicho Donald Trump en el anuncio, en el que ha subrayado tanto su lealtad como el papel clave que jugó en el escándalo del ordenador portátil de Hunter Biden e impulsar las investigaciones por evasión fiscal contra uno de los hijos del aún presidente, Joe Biden. “Cuando 51 oficiales de Inteligencia mentían sobre el portátil de Hunter Biden, había uno, John Ratcliffe, diciendo la verdad al pueblo americano”, ha escrito Trump.
El portátil de Hunter Biden se ha convertido en un argumento central para los republicanos al cuestionar lo que consideran una doble vara de medir en el sistema judicial estadounidense. Todo comenzó cuando el hijo del presidente de Estados Unidos dejó un ordenador portátil en una tienda de Wilmington (Delaware), la ciudad de la familia Biden, para su reparación. Hunter nunca recogió el dispositivo, y el dueño de la tienda realizó una copia del disco duro, entregando el contenido a aliados de Donald Trump.
En el portátil se encontraron miles de mensajes de texto y correos electrónicos, así como más de 2.000 fotografías, algunas de ellas de carácter sexual. Su existencia y la de otros mensajes que, aparentemente, podrían resultar comprometidos para Joe Biden salió a la luz en plena campaña de las elecciones de 2020, en el diario The New York Post. Biden, entonces candidato demócrata, atribuyó todo a una campaña de desinformación rusa.
Un perfil combativo en la CIA
Antes de asumir el puesto de director de Inteligencia Nacional, Ratcliffe fue congresista por Texas y participó tanto en el Comité de Inteligencia como en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. En la primera etapa de Trump en la Casa Blanca, demócratas y exoficiales de Inteligencia acusaron a Ratcliffe de desclasificar información clasificada que beneficiaba al presidente electo de Estados Unidos y a sus aliados republicanos.
“Nos encontramos ante una oportunidad única para garantizar la seguridad nacional y proteger los derechos constitucionales de todos los estadounidenses”, afirmó Trump al referirse a Ratcliffe, al que le otorgó la Medalla de Seguridad Nacional, máximo galardón en el campo de la inteligencia y la seguridad en EEUU, por su papel en la investigación de Hunter Biden. “John será el primer funcionario en haber ocupado ambos cargos principales en la inteligencia del país, una señal clara de nuestra intención de fortalecer la defensa de nuestra nación”, apunta el presidente republicano en su comunicado.
Ratcliffe asumirá la dirección de la CIA en un periodo de alta tensión, con las guerras en Ucrania y Oriente Medio en marcha, además de una China alinead con enemigos clásicos de Estados Unidos, como son Rusia e Irán. Su llegada a la Agencia Central de Inteligencia, por otro lado, permitirá que Trump aplique también su doctrina de America First, el gran lema del proyecto Make America Great Again (MAGA), que pretende que los trabajos de la agencia se centren en el interés nacional y en la contención de influencias extranjeras.
La elección de Ratcliffe es solo una pieza más del equipo que está diseñando Trump para su segundo mandato, en el que poco a poco se va rodeando de personas leales, alineadas con su visión del mundo. El nuevo director de la CIA trabajará mano a mano con la nueva como embajadora estadounidense ante la ONU, Elise Stefanik o el ‘zar de la frontera’, Tom Homany. También se integrará en el Gabinete que coordinará Susie Wiles, directora de la campaña de Donald Trump, y en el que también podrían estar Marco Rubio, al frente de la política exterior de EEUU o con el asesor de seguridad nacional, el republicano Mike Waltz, clave para definir la estrategia en guerras como la de Ucrania o en Oriente Medio.