El embajador de Francia en Marruecos, Christophe Lecourtier, ha roto un tabú con su visita al Sáhara Occidental, la primera de un alto diplomático europeo al territorio de la antigua colonia española, controlado en un 80% por el país magrebí. Lecourtier, que voló en la tarde del lunes a El Aaiún, tiene cerrada una agenda este martes que incluye sesiones de trabajo en la capital saharaui y en Dajla destinadas a contribuir al “desarrollo económico y social” del Sáhara, según ha detallado en un comunicado la legación francesa en Rabat. Lecourtier viaja acompañado de los responsables de cultura, educación y asuntos económicos de la embajada. Medio centenar de empresarios y directivos de compañías francesas van a asistir, además, a unas jornadas para impulsar los negocios en ambas ciudades saharauis.
En enero de 2021, en los últimos días del primer mandato del presidente Donald Trump, el entonces embajador de Estados Unidos en Marruecos, David Fischer, sentó un precedente al convertirse en el primer alto diplomático occidental en visitar el territorio del Sáhara, considerado por la ONU como “no autónomo” o pendiente de descolonización. La justicia de la Unión Europea reconoció indirectamente el mes pasado el derecho al “principio de autodeterminación” del pueblo saharaui, en una sentencia que tumbó los acuerdos pesquero y agrícola del país norteafricano con los Veintisiete.
La inédita gira saharaui de Lecourtiuer está destinada formalmente a extender la asistencia consular de Francia y a preparar la creación de un centro cultural de la Alianza Francesa en El Aaiún, así como a mantener reuniones informativas con las autoridades locales y representantes de la población saharaui. La visita se produce después de que el presidente Emmanuel Macron reafirmara hace dos semanas ante el Parlamento de Rabat que Francia contempla “el presente y el futuro del Sáhara en el marco de la soberanía de Marruecos”.
La delegación de empresarios franceses asistió este martes en El Aaiún a la presentación de un plan de desarrollo regional elaborado por el Gobierno de Marruecos para el Sáhara. El miércoles está previsto que visite grandes proyectos emprendidos por las autoridades de Rabat en el sur del territorio, como la gran planta desaladora en la que participan el grupo francés Engie y la compañía marroquí Nareva, del hólding Al Mada, perteneciente a la familia real marroquí. En su reciente visita oficial, el presidente Macron anunció que las empresas de su país “acompañarán el desarrollo del territorio [del Sáhara] con inversiones de iniciativas duraderas”.
La presencia diplomática y económica francesa coincide con un incremento de los incidentes armados entre el Ejército marroquí y el Frente Polisario, apoyado por Argelia y que reclama la autodeterminación de la antigua colonia española. El Polisario rompió también a finales de 2020 el alto el fuego que mantenía desde 1991 ―cuando se puso fin a 15 años de guerra abierta con Marruecos― y reanudó un conflicto considerado por la ONU como “hostilidades de baja intensidad”.
Ataques con drones contra el Polisario
En la última semana, Marruecos asegura haber matado a siete milicianos saharauis en ataques con drones. Dos de ellos perecieron en la zona de Gleibat el Fula (sureste), cerca del muro o terraplén levantado por Marruecos que divide el territorio, al ser bombardeado desde el aire un convoy de vehículos. El sábado perdieron la vida otros cinco combatientes del Polisario, según informó la prensa marroquí, en las inmediaciones de Mahbes, población del noreste del Sáhara en la que se estaba celebrando un acto para conmemorar el 49º aniversario de la Marcha Verde, la movilización de decenas de miles de marroquíes organizada en 1975 para forzar la salida de las tropas españolas.
El Consejo de Seguridad de la ONU llamó el 31 de octubre a alcanzar una solución política “realista, factible y mutuamente aceptable” para el conflicto del Sáhara Occidental. Argelia no apoyó la resolución presentada por EE UU, la cual contenía esta declaración, en tanto que Rusia se abstuvo. El mediador de Naciones Unidas para el conflicto, Staffan de Mistura, llegó a plantear, poco antes, la partición del territorio como eventual salida al bloqueo diplomático, pero las partes en liza la descartaron. Mientras Marruecos solo plantea desde 2007 una propuesta de autonomía bajo su soberanía; el Frente Polisario insiste en la celebración de un referéndum de autodeterminación que pueda dar paso a la independencia. Tres decenas de países, en su mayoría árabes y africanos, han abierto representaciones diplomáticas en el Sáhara para reconocer la soberanía marroquí. La República Árabe Saharaui Democrática, proclamada en el exilio por el Frente Polisario y admitida como Estado miembro de la Unión Africana, ha sido reconocida por más de 80 países.