La Unión Europea (UE) ha registrado una nueva Indicación Geográfica Protegida (IGP), la de la Chistorra de Navarra, que de esta manera quedará blindada contra la competencia desleal. Con este sello de calidad comunitario la marca estará protegida por derechos de propiedad intelectual, tal y como ha publicado esta semana el ‘Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE)’.
El registro de Bruselas deja muy claro que la elaboración de la chistorra se circunscribe exclusivamente a la Comunidad Foral de Navarra. Es allí donde se produce este embutido desde la fase de elaboración del producto, la preparación de la carne y el proceso de embuchado, hasta el oreo de las piezas, “para garantizar la calidad y autenticidad”. La chistorra se produce a partir de carne de cerdo, grasa o tocino, sal, pimentón y ajo, lo que le confiere su característico sabor y color rojizo. Tras ser embutida en tripa, pasa por un breve proceso de maduración y desecación hasta conseguir un producto con un calibre de entre 17 y 25 milímetros y un Ph superior a 5,0. Su textura es uniforme y permite distinguir claramente entre la carne magra y la grasa, gracias al picado y la correcta gelificación proteica.
Con esta distinción, los productores de chistorra de Navarra podrán garantizar a los consumidores que su producto cumple con los estrictos estándares de calidad y tradición establecidos bajo la IGP. Se protege así el nombre y las características que lo vinculan de manera única a Navarra. “Además, se abre una puerta para la promoción y comercialización de este producto en mercados internacionales“, ha celebrado el Ministerio de Agricultura en un comunicado.
Los productos etiquetados con la IGP Chistorra de Navarra incluirán en su envase el símbolo gráfico correspondiente, en cualquiera de sus tres versiones lingüísticas: castellano (Chistorra de Navarra), euskera (Nafarroako Txistorra) o bilingüe (Txistorra de Navarra), así como información clara sobre el productor y un código específico para asegurar la trazabilidad y autenticidad del producto.
Un club con lo más selecto
Con la incorporación de la chistorra de Navarra, y previsiblemente antes de finales de año, del torrezno de Soria, los sellos de calidad que concede la UE que suma España, el ámbito del embutido, los ahumados y las salazones, contará con 18 integrantes. Cinco de ellos son jamones con denominaciones de origen: Guijuelo, una de las denominaciones más conocidas, quizás por ser la primera que se creó; Dehesa de Extremadura, que incluye los bosques de encinas y alcornoques de Cáceres y Badajoz; Jamón de Huelva, donde destaca los jamones de Jabugo; la de Los Pedroches, creada en 2006, a partir del cerdo ibérico del norte de la provincia de Córdoba, y la de Teruel, en este caso de jamón serrano (cruce de razas). Hay también una IGP del jamón curado, la de Trévelez, al norte de Granada, la más pequeña y desconocida, muy localizada en Sierra Nevada. Entre todas, venden cada año 20 millones de unidades, con 4.300 productores y 177 industrias comercializadoras.
No se quedan atrás los embutidos. La morcilla de Burgos, el chorizo de Cantimpalos, la sobrasada de Mallorca, la cecina de León, el salchichón de Vic y el botillo del Bierzo son también indicaciones geográficas protegidas.