En medio del caos generalizado y mientras el Juzgado de Instrucción número dos de Torrent (Valencia) coordina el levantamiento de los cadáveres de las víctimas mortales de la riada en la zona de Paiporta y Picanya, las buenas noticias llegan con los rescates y traslados al hospital de decenas de personas que han logrado sobrevivir a la devastación del agua. Es el caso de Juliano Sánchez, un venezolano de 50 años, rescatado con síntomas de hipotermia tras siete horas agarrado a unas palmeras en la zona de Alfafar.
“No quería morir, me agarré a unas palmeras y aguanté con todas mis fuerzas para que el río no me arrastrara”, relata el superviviente tras ser rescatado por un voluntario, Sergio Talón, y ser trasladado al puesto de mando avanzado, en una gasolinera de Paiporta.
“Con el puño rompí las ventanillas para poder salir del coche porque entraba mucha agua y se lo iba a llevar la corriente”, relata este vecino de Sedaví.
Cerca de un centenar de personas han pasado la noche en un concesionario de Alfafar tras ser rescatados por los servicios de emergencia, a la mayoría de ellos la tromba de agua les pilló en la Pista de Silla cuando regresaban a casa.
Entre ellos destaca la historia de Esther, una mujer embarazada de 39 semanas. “No he roto aguas, pero hemos pasado mucho miedo, salgo de cuentas el lunes”, confiesa la superviviente antes de ser evacuada en una ambulancia al Hospital La Fe de Valencia.
También era preocupante la situación de Luís Enrique, un hombre de 63 años y origen peruano, con hemiplejia. “La silla de ruedas se ha quedado en el coche, sin ayuda no hubiéramos podíamos llegar a ningún sitio, parecía el fin de los días”, reconoce su esposa Marlene. Son solo algunas de las múltiples historias que han tenido un final feliz dentro de tanta tragedia.