Este ha sido el último viaje del último convoy de la serie 4.000 que quedaba en la L1 con amianto. La compañía de transporte metropolitano de Barcelona, TMB, ha retirado de circulación el último tren con amianto de su flota, un convoy de la serie 4.000 que hasta ahora operaba en la línea L1 del metro. Este anuncio llega tras años de intensos trabajos de detección y eliminación de amianto en toda la red, un proceso que comenzó a intensificarse en octubre de 2018, cuando la presencia de este material tóxico, cuya venda fue prohibida en España en 2022, en tres trenes de la línea L1 salió a la luz.
Para despedir el último trayecto de este tren cargado de historia y controversia, la estación de Bellvitge, punto de partida, se ha llenado de aficionados, curiosos y una multitud de más de cien personas, deseosos de ser testigos de un momento que cierra un capítulo en la historia del transporte de Barcelona. La encargada de conducir este último recorrido fue una conductora veterana, quien, emocionada, encabezó el viaje de despedida a un tren que formó parte de su carrera y que finalmente dirá adiós, en nombre de la seguridad y la salud de trabajadores y usuarios.
Desde 2018, el recorrido de TMB en la gestión del amianto ha sido largo y complejo. Lo que comenzó con la detección de restos en algunos convoyes escaló rápidamente al descubrirse su presencia en otras áreas de la infraestructura: estaciones, tejados, túneles… En 2019, la situación se volvió especialmente preocupante cuando TMB confirmó que 25 empleados habían desarrollado afecciones pulmonares posiblemente relacionadas con la exposición al amianto.
TMB ha eliminado ya el 90% del amianto detectado en la red de metro y recientemente licitó un nuevo contrato de 1,3 millones de euros para acabar con una buena parte del 10% restante. Este contrato, que tendrá una duración de dos años, apunta a consolidar la red como un espacio más seguro y libre de la amenaza del amianto. “Acabaremos de retirarlo dentro de dos años”, ha afirmado la presidenta de TMB.