Cuatro orcas han muerto en Tenerife en tres años. Keto, uno de los ejemplares que vivía en las piscinas del Loro Parque, ha muerto a los 29 años después de unos días con síntomas de debilidad.
Según el diario alemán Teneriffa News, Keto vivía en la isla canaria, pero venía de Estados Unidos. “Un programa de cría conjunto con Sea World conecto las Islas Canarias con los Estados Unidos durante años“. Sin embargo, “debido a las crecientes críticas sobre el mantenimiento de orcas vivas en cautiverio, la entidad terminó rompiendo este acuerdo hace unos años”.
Keto, nació en Orlando en 1995 y llegó a Tenerife “como parte de esta cooperación”. “Loro Parque lo vio como un extraordinario embajador de su clase que cautivó a todos con su imponente presencia y personalidad única”, reza la publicación.
En los últimos días, la orca había irradiado “signos de malestar“. “Instintivamente, esta especie trata de ocultar las enfermedades para no mostrar debilidad dentro de su grupo, lo que dificulta aún más su atención veterinaria”, concluye.
“Los críticos del programa de orcas han estado acusando a Loro Parque durante muchos años de explotar a los animales para lucrarse“, dice. Además, consideran que “mantener orcas en cautiverio” es una “violación de la ética y la humanidad“. “Los animales suelen recorrer hasta 65 kilómetros por día en estado salvaje. En cautiverio, en cambio, sólo tienen unos pocos metros de espacio”.
De acuerdo a la publicación, la dirección del parque siempre responde a estas críticas con el ejemplo de otra de sus orcas, Morgan, que quedó varada como animal sordo en Holanda en 2010. “No podría haber sobrevivido al océano, por lo que el reasentamiento fue su salvación. El zoológico construyó para esta orca una instalación basada en señales de luz para poder comunicarse con el animal”.