Washington.- Cuando sea investido el 20 de enero, Donald Trump hará historia como el primer abusador sexual sentenciado que asuma la Presidencia. Pero si consigue confirmar a su equipo, no será el único funcionario cuya conducta haya sido cuestionada en tribunales.
Trump, quien el año pasado fue declarado responsable en un juicio civil de abusar sexualmente y difamar a la escritora E. Jean Carroll, ha nominado a un Secretario de Defensa, un Fiscal General, un Secretario de Sanidad y Servicios Humanos y un zar de la eficiencia señalados por diversas conductas inapropiadas.
El ascenso de todos a puestos de poder plantea nuevos interrogantes sobre el futuro del movimiento #MeToo, que recorrió el país y trastornó las expectativas de la sociedad en los últimos años.
El tipo de denuncias que derribaron a titanes de Hollywood, Wall Street, Silicon Valley, Washington, medios de comunicación, el deporte y las capitales de Estado no fueron ningún obstáculo en el proceso de selección del próximo Mandatario estadounidense.
En lugar de ser disuadido, Trump parece decidido a forzar una pelea por personajes como Matt Gaetz, el congresista republicano acusado de varias conductas escandalosas, incluidas relaciones sexuales con una menor de edad, para nombrarlo al frente del Departamento de Justicia.
Puede que no supiera que Pete Hegseth, el presentador de Fox News que nombró para liderar el Pentágono, había pagado a una mujer que lo señaló de agresión sexual.
Del mismo modo, Trump no ha expresado ninguna preocupación por las acusaciones contra Robert F. Kennedy Jr., su candidato para el Departamento de Salud, quien presuntamente manoseó a una niñera, o contra Elon Musk, encargado de reinventar el Gobierno, creó un lugar de trabajo que trataba a las mujeres como objetos.
Todos sus candidatos han negado haber actuado mal intencionadamente, y Trump, quien hizo carrera negando sus malas acciones, parece creerles.
Aún niega haber agredido sexualmente a Carroll en el probador de unos almacenes comerciales en la década de 1990, a pesar de que ella ha ganado dos sentencias civiles contra él por valor de 83.3 millones de dólares. Y asevera que más de 20 mujeres que lo acusan de conducta sexual inapropiada mienten.
Karoline Leavitt, nominada como secretaria de prensa de la Casa Blanca, defendió las selecciones del magnate.
“Los candidatos acusados de conducta sexual inapropiada han negado vehementemente las acusaciones. Trump fue elegido para cambiar el statu quo y eligió a personas brillantes para ayudarlo. Continuará apoyándolos mientras luchan contra todos aquellos que buscan descarrilar la agenda MAGA” comentó.
El regreso del republicano llega en un momento delicado para el movimiento contra el acoso sexual en medio de una reacción violenta de aquellos que argumentan que ha ido demasiado lejos al afectar a algunos hombres sin aportar pruebas suficientes.
Trump llevó a cabo una campaña dirigida a explotar el agravio masculino, salpicada de expresiones de machismo y desdén por la sensibilidad “woke”.
Algunas voces de extrema derecha se envalentonaron con la victoria del magnate, y los ataques sexistas contra las mujeres han proliferado en Internet en las últimas dos semanas, según un estudio.
“Tu cuerpo, mi elección. Forever (Tu cuerpo, mi elección. Para siempre)”, escribió Nick Fuentes, un supremacista blanco que cenó con Trump en su finca de Mar-A-Lago, un mensaje que ironiza el eslogan por el derecho al aborto: “My body, my choice” (Mi cuerpo, mi elección).