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EL PAÍS

Israel recrudece sus bombardeos en Líbano y Gaza y mata al jefe de medios de Hezbolá


La victoria de Donald Trump, el pasado día 6, ha dado un nuevo impulso a la invasión israelí en paralelo de Líbano y Gaza, donde los muertos se cuentan diariamente por decenas. Con la posibilidad de un alto el fuego como un sueño de otros tiempos y a la espera del relevo en la Casa Blanca, Israel ha llevado a una nueva fase la incursión en el sur de Líbano, penetrando ya en la bautizada como “segunda línea” de defensa de Hezbolá. Mientras, la aviación y la fuerza naval se encargan de los bombardeos más intensos de las últimas semanas en otras partes del país: más objetivos, más zonas y varias rondas al día en Dahiye, el suburbio sur de Beirut, algo antes inédito. El día más letal de la semana, el martes, los muertos llegaron a 78. El jueves, a 59.

Uno de esos ataques ha matado este domingo a Mohamed Afif, el responsable de medios de Hezbolá, según han reconocido el grupo y el Ejército israelí poco antes de la medianoche. Era la voz del partido-milicia en las ruedas de prensa (ya abandonó una de forma acelerada el mes pasado por temor a ser asesinado por Israel) y quien lideraba los tours a periodistas, sobre todo desde el inicio de la guerra. Ejerció de asesor de Hasan Nasralá, el líder de Hezbolá durante tres décadas, asesinado por Israel el pasado septiembre, y dirigió Al Manar, el canal de televisión del partido-milicia chií. Las Fuerzas Armadas de Israel lo llaman en su comunicado “jefe propagandista” y lo acusan de “involucración directa en la actividad terrorista de Hezbolá”.

Mohamed Afif, el responsable de medios de Hezbolá asesinado este domingo en un ataque israelí en Beirut (Líbano), en una imagen de archivo del pasado octubre.
Mohamed Afif, el responsable de medios de Hezbolá asesinado este domingo en un ataque israelí en Beirut (Líbano), en una imagen de archivo del pasado octubre.Mohamed Azakir (REUTERS)

Las autoridades militares israelíes no emitieron un aviso previo a la población para evacuar, como suelen hacer cuando lanzan uno de sus denominados asesinatos selectivos. También es inusual otro hecho: iba dirigido contra un cargo civil. La mayoría de dirigentes que ha matado Israel pertenecen a la rama armada. Ha sido, además, en Ras el Nabaa, un barrio de Beirut que ha ido absorbiendo numerosos chiíes desplazados de zonas más castigadas. Era el primer ataque en más de un mes en el centro de la capital, que ha amanecido cubierta por una línea de humo por los intensos bombardeos de los últimos días en los suburbios. Al final de la jornada, hubo otro, en Mar Elías, que ha causado dos muertos. También sin previo aviso. El Ministerio de Educación ha cancelado las clases presenciales en los dos próximos días en varias zonas del país, entre ellas la capital.

36 militares libaneses muertos

En este contexto, las tropas israelíes han llegado este sábado a su punto más profundo en Líbano, donde avanzan con lentitud (en parte por la resistencia que encuentran, pese a debilidad de Hezbolá) y dinamitando pueblos enteros. La propia milicia libanesa también ha extendido sus ataques, poniendo a la ciudad de Haifa (la tercera de Israel) como objetivo tres días consecutivos.

Uno de los bombardeos ha acabado con la vida de dos soldados del ejército libanés, que se esfuerza en permanecer al margen del conflicto (ni puede, ni quiere implicarse), pero ha perdido ya a 36 militares por fuego israelí, según ha informado el primer ministro del país, Najib Mikati. Estaban en un puesto de control cuando les alcanzó el proyectil, hiriendo también a dos de sus compañeros.

Es el resultado de la intensificación israelí en los últimos días de las dinámicas bélicas que aplica tanto en Gaza como en Líbano. Como tratar como objetivo a sanitarios y bomberos, incluidos los de la Defensa Civil estatal. El jueves, en el valle de la Becá, mató a 15 solo en un ataque concreto. En otro, ese mismo día, a cuatro más. Superan ya los 200, en torno al 6% de los cadáveres en Líbano desde octubre de 2023, cuando Hezbolá inició un enfrentamiento de baja intensidad (al día siguiente del ataque de Hamás en Israel) que Israel convirtió casi un año después en guerra abierta que ha dejado en Líbano 3.481 muertos y 14.786 heridos, y ha forzado el desplazamiento de más de un millón de personas.

Mientras, en el norte de Gaza, la dinámica consiste en la expulsión de la población acompañada de un cerco, del uso del hambre como arma de guerra y de bombardeos que causan matanzas que han dejado de ser la excepción en 13 meses de guerra. La última, en la madrugada de este domingo. Un misil ha acabado con la vida de decenas de personas al impactar en un edificio residencial en Beit Lahiya, dejando imágenes de gente sacando cadáveres de entre los escombros.

Los servicios de emergencia calculan que había hasta 70 personas en el edificio destruido. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en Gaza cifra las víctimas mortales en 72. El ejército israelí informó en genérico de ataques durante la madrugada contra “objetivos terroristas” en Beit Lahiya y anunció la muerte de dos de sus soldados en ataques de los reductos de milicianos en la zona, que emplean tácticas de guerrilla urbana.

También son habituales los ataques israelíes contra quienes custodian la ayuda humanitaria. Este domingo, un bombardeo en Jan Yunis (en la otra punta de la Franja) ha acabado con la vida de cinco miembros del equipo de seguridad que vigilaban uno de los convoyes. Fue saqueado a continuación por palestinos.



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