Dionisia Moreno, una agricultora indígena de 70 años, aún recuerda cuando el río Shallap, a casi 4000 metros de altura en la Cordillera Blanca, llevaba a Jancu, su pueblo, agua cristalina rebosante de truchas. “Tanto las personas como los animales podían beber el agua sin sufrir”, dijo. “Ahora el agua está roja. Nadie puede beberla”. […]